Lima, 3 de marzo de 2020
Los obstetras defienden el derecho de la población a ser atendida por personal calificado durante el puerperio y así no poner en riesgo la salud materna.
Los obstetras del Perú vienen afrontando una larga lucha contra una serie de atropellos a su perfil profesional, amparado por la Ley de Trabajo del Obstetra N° 27853, su reglamento y otras normas, que determinan las funciones que deben cumplir al servicio de la salud pública del país. Estas funciones, además, están facultadas por su formación de pregrado, que es especializada, donde se preparan para la atención de embarazo, parto y puerperio.
Sin embargo, pese a que la ley lo estipula, hay grupos profesionales que buscan desconocer estas funciones con el propósito de ganar mayor campo de trabajo, perjudicando el clima laboral en los establecimientos de salud, generando duplicidad de funciones, elevando innecesariamente el costo al Estado y, lo más preocupante, poniendo en riesgo la salud de la población al pretender brindar atención en un campo que no es de su competencia.
La controversia está en la atención de la mujer que ha tenido un parto por cesárea, ya que no solo se trata de una paciente postquirúrgica, sino que, es una paciente obstétrica que necesita atención especializada, pues ahí se registran aproximadamente el 60 % de muertes maternas.
Durante este periodo es imprescindible el monitoreo estricto para diagnosticar a tiempo cualquier emergencia obstétrica. Es importante vigilar, por ejemplo, si la paciente tiene sangrado normal, entre otros factores; no obstante, paradójicamente, es acá en donde pretender limitar la labor del obstetra.
Si revisamos la currícula de ambas profesiones, nos daremos cuenta de que el obstetra se forma de 5 a 6 años para brindar atención a la salud materna; mientras que el enfermero solo está preparado para brindar cuidados según indicaciones médicas y de otros profesionales, es decir, por su formación no garantiza que tenga la pericia y experiencia necesarias para esta labor.
Cabe resaltar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el propio Ministerio de Salud, reconocen la importancia de los obstetras para disminuir los indicadores de morbilidad y mortalidad materna y perinatal; estando comprobado que estos indicadores han sido más favorables en donde hay presencia de estos profesionales de la salud.