En el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, reflexionamos sobre la imperativa necesidad de un compromiso global para poner fin a la violencia de género. Este día nos llama a la acción, a alzar nuestras voces contra la injusticia y a trabajar incansablemente hacia un futuro donde cada mujer viva sin temor.
La violencia contra la mujer es un fenómeno arraigado en desigualdades profundas y estructuras patriarcales. Impacta a mujeres de todas las edades, clases sociales, razas y religiones. Hoy, más que nunca, es crucial reconocer que la lucha por la igualdad de género es una tarea colectiva. No podemos ser espectadores pasivos; debemos ser agentes del cambio.
La conciencia es el primer paso hacia la transformación. Debemos educar y sensibilizar a la sociedad sobre las diversas formas de violencia que las mujeres enfrentan, desde la violencia doméstica hasta la discriminación laboral. Reconocer y cuestionar los estereotipos de género es esencial para desmantelar las bases en las que se sustenta la violencia.
Hoy, renovamos nuestro compromiso de trabajar juntos para construir un futuro más justo y equitativo. Que este día sea un llamado a la acción y a la solidaridad, recordándonos que solo a través de un esfuerzo colectivo podemos alcanzar la verdadera igualdad de género.
