Durante la cuarentena se restringió el servicio en los establecimientos de salud como medida de prevención, afectando a gestantes y usuarias de planificación familiar.
Hay muchos factores que en el contexto de la pandemia por la COVID-19 han condicionado la salud de la mujer a situaciones de riesgo; uno de ellos, la suspensión abrupta de los servicios de salud en el primer nivel de atención, priorizando únicamente las emergencias.
Si bien coyunturas como esta ameritan medidas estrictas y radicales, la decana del Colegio de Obstetras del Perú (COP), Margarita Pérez Silva, señala que los servicios de salud sexual y reproductiva también son prioritarios en estas circunstancias; más aun teniendo en cuenta el alto porcentaje de mortalidad materna y embarazos no planificados que hay en nuestro país.
“Los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la atención prenatal y materna, salvan vidas y deben permanecer accesibles; así como el acceso a métodos anticonceptivos para planificación familiar”, sostuvo.
El Ministerio de Salud (Minsa), luego de reiteradas solicitudes del COP y de usuarias de los servicios, ha decidido restablecer la atención prenatal paulatinamente, con las medidas de protección necesarias para evitar la propagación del virus.
Los obstetras han venido atendiendo partos y emergencias obstétricas, realizando el seguimiento y monitoreo de gestantes a través de la teleorientación, y apoyando en el diagnóstico de pacientes con COVID-19; con esa nueva directiva podrán retomar los servicios de consejería en planificación familiar, la atención prenatal, puerperio y lactancia materna.
Las mujeres tienen el pleno derecho de gozar de salud física y emocional integral a lo largo de su ciclo de vida, y el Estado el deber de garantizar que ese derecho se cumpla a cabalidad.
Colegio de Obstetras del Perú